Muntean mantiene que la naturaleza puede facilitarnos distintos puntos de vista. Nos lo demuestra, construyendo bloques de madera, que atraviesa con un tubo de metal y los monta en una base o simplemente los sujeta cerca de una pared. El truco está en saber iluminarlos desde arriba y girarlos para encontrar el ángulo mágico (54,74 grados). Las sombras de la pieza de madera se proyectan ofreciendo tres figuras diferentes, una cada 120 grados de rotación.
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